Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre, y sírvele de corazón perfecto, y de ánimo voluntario; porque el SEÑOR escudriña los corazones de todos, y entiende toda imaginación de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre.
Engordaron y se pusieron lustrosos, y aún sobrepujaron hechos de maldad; no juzgaron la causa, la causa del huérfano; con todo se hicieron prósperos, y la causa de los pobres no juzgaron.
Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy el SEÑOR, que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra, porque estas cosas quiero, dijo el SEÑOR.
E hicieron que su lengua, como su arco, tirase mentira; y no se fortalecieron por verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dijo el SEÑOR.
Oh hombre, él te ha declarado qué sea lo bueno, y qué pide de ti el SEÑOR: solamente hacer juicio recto , y amar misericordia, y humillarte para andar con tu Dios.