Y fui, y lo escondí en el Eufrates, como el SEÑOR me mandó.
Y Moisés hizo conforme a todo lo que el SEÑOR le mandó; así lo hizo.
Y sucedió que al cabo de muchos días me dijo el SEÑOR: Levántate, y ve al Eufrates, y toma de allí el cinto que te mandé escondieses allá.
Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un estruendo mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se llegaron cada hueso a su hueso.
Y tú pues, trabaja como fiel soldado de Jesús el Cristo.
Por la fe, Abraham siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad; y salió sin saber a dónde iba.