Y vino a mí segunda vez palabra del SEÑOR, diciendo:
Y compré el cinto conforme a la palabra del SEÑOR, y lo puse sobre mis lomos.
Toma el cinto que compraste, que está sobre tus lomos, y levántate, y ve al Eufrates, y escóndelo allá en una caverna de una peña.
Y vino palabra del SEÑOR a mí, diciendo:
A Jerusalén, y a las ciudades de Judá, y a sus reyes, y a sus príncipes, para que yo los pusiese en soledad, en escarnio, y en silbo, y en maldición, como este día;