y que Jacob había escuchado a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.
y era Isaac de cuarenta años cuando tomó a Rebeca, hija de Betuel, el arameo, de Padan-aram, hermana de Labán, el arameo, por su mujer.
Ahora pues, hijo mío, escuche mi voz: levántate, y húye a Labán mi hermano, a Harán.
Y vio Esaú como Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a Padan-aram, para tomar para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado, diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán;
Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán parecían mal a Isaac su padre;
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean alargados sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.
Oye, hijo mío, el castigo de tu padre, y no deseches la ley de tu madre;
El ojo que escarnece a su padre, y menosprecia la enseñanza de la madre, los cuervos lo saquen del río, y lo devoren los hijos del águila.
Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis sábados guardaréis. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres; porque esto es justo.
para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo; porque esto agrada al Señor.