Y se acercó Jacob a su padre Isaac; y él le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, mas las manos son las manos de Esaú.
por ventura me tentará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.
E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, si eres mi hijo Esaú o no.
Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.
Y cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron el acento de la voz del joven levita; y llegándose allá, le dijeron: ¿Quién te ha traído por acá? ¿Y qué haces aquí? ¿Y qué tienes tú por aquí?