Y extendió Abraham su mano, y tomó el cuchillo, para degollar a su hijo.
Entonces el ángel del SEÑOR le dio voces del cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
En tu simiente serán benditos todos los gentiles de la tierra, por cuanto escuchaste a mi voz.
Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y le puso en el altar sobre la leña.