Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo mismo que fui también solícito en hacer.
Pero pasados muchos años, vine a hacer limosnas a mi nación, y ofrendas,
Mas abrirás a él tu mano liberalmente, y le prestarás todo lo que necesite en lo que hubiere menester.
Y, del hacer bien y de la confraternidad no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere a su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo permanece la caridad de Dios en él?