Entonces el Faraón envió a ver , y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón del Faraón se agravó, y no dejó ir al pueblo.
El es sabio de corazón, y fuerte en fuerza, ¿quién se endureció contra él, y quedó en paz?
Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte.
Y el corazón del Faraón se endureció, y no los escuchó; como el SEÑOR lo había dicho.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: El corazón del Faraón está agravado, que no quiere dejar ir al pueblo.
Mas el Faraón agravó aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.
Y el SEÑOR endureció el corazón del Faraón, y no los oyó, como el SEÑOR lo había dicho a Moisés.
Y el SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: Tomad vuestros puños llenos de la ceniza de un horno, y espárzala Moisés hacia el cielo delante del Faraón.
El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado; y no habrá para él medicina.
Porque conozco que eres duro, y nervio de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,
Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en altivez, fue depuesto del trono de su reino, y traspasaron de él la gloria.
De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere, endurece.