Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró.
Entonces Abram cayó sobre su rostro, y Dios habló con él diciendo:
Entonces José los sacó de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra.
Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante del SEÑOR, y adoraron al SEÑOR.
Y el pueblo creyó; y oyendo que el SEÑOR había visitado los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.
La palabra que concerté con vosotros en vuestra salida de Egipto, y mi Espíritu est en medio de vosotros; no tem is.