Y el que hiriere a su padre o a su madre, morirá.
Además, si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo, y lo matare con engaño, de mi altar lo quitarás para que muera.
Asimismo el que robare una persona, y la vendiere, o si fuere hallado en sus manos, morirá.
Hay generación que maldice a su padre, y a su madre no bendice.
El ojo que escarnece a su padre, y menosprecia la enseñanza de la madre, los cuervos lo saquen del río, y lo devoren los hijos del águila.
Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
conociendo esto, que la ley no es puesta para el justo, sino para los injustos y para los desobedientes; para los impíos y pecadores, para los malos y contaminados; para los matadores de padres y madres, para los homicidas,