Los carros del Faraón y a su ejército echó en el mar; y sus escogidos príncipes fueron hundidos en el mar Bermejo.
Tú, terrible eres tú: ¿Y quién parará delante de ti, en comenzando tu ira?
Y María les respondía: Cantad al SEÑOR; porque en extremo se ha magnificado grandemente, echando en el mar al caballo, y al que en él subía.
y por medio de ti quebrantaré caballos y sus cabalgadores, y por medio de ti quebrantaré carros y los que en ellos suben;