Después de estas cosas, el rey Asuero engrandeció a Amán hijo de Hamedata agageo, y lo ensalzó, y puso su silla sobre todos los príncipes que estaban con él.
Y hubo hambre en toda la tierra de Egipto, y el pueblo clamó al Faraón por pan. Y dijo el Faraón a todo los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.
Porque de parte del rey y de sus siete consultores eres enviado a visitar (para reformar y corregir ) a Judea y a Jerusalén, conforme a la ley de tu Dios que está en tu mano;
y estaban junto a él, Carsena, y Setar, y Admata, y Tarsis, y Meres, y Marsena, y Memucán, siete príncipes de Persia y de Media que veían el rostro del rey, y se sentaban los primeros en el reino):
Y les refirió Amán la gloria de sus riquezas, y la multitud de sus hijos, y todas las cosas con que el rey le había engrandecido y con que le había ensalzado sobre los príncipes y siervos del rey.
Volvió luego Ester a hablar delante del rey, y se echó a sus pies, llorando y rogándole que hiciese nula la maldad de Amán agageo, y su designio que había formado contra los judíos.
Y Samuel dijo: Como tu cuchillo dejó las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante del SEÑOR en Gilgal.