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Referencias Cruzadas

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Eclesiastés 9:1

Biblia Spanish Sagradas Escrituras

Ciertamente a todo esto di mi corazón, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no sabe el hombre ni el amor ni el odio por todo lo que pasa delante de él.

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31 Referencias Cruzadas  

En su mano está el alma de todo viviente, y el espíritu de toda carne humana.

He aquí que todos vosotros lo habéis visto, ¿por qué pues os desvanecéis con vanidad?

Ciertamente yo buscaría a Dios, y depositaría en él mis negocios;

Tú has visto; porque tú miras el trabajo, y el enojo, para dar justicia en tus manos; a ti se acoge el pobre, tú eres el amparo del huérfano.

De continuo está mi alma en mi mano; mas no me he olvidado de tu ley.

En tu mano encomendaré mi espíritu; tú me redimirás, oh SEÑOR, Dios de verdad.

Porque me enojé contra los locos, viendo la paz de los impíos.

Encomienda al SEÑOR tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.

Y di mi corazón a conocer la sabiduría, y la ciencia; y las locuras y los desvaríos conocí al fin que aun esto era aflicción de espíritu.

El loco multiplica palabras, y dice : no sabe el hombre lo que será; ¿y quién le hará saber lo que después de él será?

Todo lo he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días .

Yo he rodeado con mi corazón por saber, y examinar, e inquirir la sabiduría, y la razón; y por saber la maldad de la locura, y el desvarío del error;

Hay otra vanidad que se hace sobre la tierra: que hay justos los cuales son pagados como si hicieran obras de impíos; y hay impíos, que son pagados como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad.

Por lo cual yo di mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la ocupación que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos).

porque no sabe lo que será; ni cuándo haya de ser, ¿quién se lo enseñará?

Aun su amor, y su odio y su envidia, fenecieron ya; ni tienen ya más parte en el siglo, en todo lo que se hace debajo del sol.

SEÑOR, tú nos depararás paz; porque también obraste en nosotros todas nuestras obras.

Hombres, y mujeres, y niños, y las hijas del rey, y a toda alma que había dejado Nabuzaradán capitán de la guardia con Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, y a Jeremías profeta, y a Baruc, hijo de Nerías;

Aun amó los pueblos; todos sus santos están en tu mano; ellos también se unieron a tus pies; recibieron de tus dichos.

Por lo cual así mismo padezco esto, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.

para vosotros que sois guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrer tiempo.

El guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas; porque nadie será valiente por su propia fuerza.




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