Mejor es el pesar que la risa; porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón.
Antes que fuera humillado, yo erraba; mas ahora tu dicho guardo.
Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos.
A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?
El corazón de los sabios está en la casa del luto; mas el corazón de los locos, en la casa del placer.
y me dijo: Varón de deseos, no temas; paz a ti; ten buen ánimo, y aliéntate. Y hablando él conmigo cobré yo vigor, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
¡Ay de vosotros, los que estáis hartos! Porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! Porque lamentaréis y lloraréis.
Porque nuestra tribulación, que al presente es momentáneo y leve, nos obra en sobremanera un alto y eterno peso de gloria;