Por esta causa el rey Darío firmó la escritura y el edicto.
Si parece bien al rey, salga mandamiento real delante de él, y se escriba entre las leyes de Persia y de Media, y no sea traspasado: Que no venga más Vasti delante del rey Asuero; y dé el rey su reino a su compañera que sea mejor que ella.
Mejor es esperar en el SEÑOR que esperar en príncipes.
No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salud.
enlazado eres con las palabras de tu boca, y preso con las razones de tu boca.
Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?