Tu estatura es semejante a la palma, y tus pechos a los racimos!
El justo florecerá como la palma; crecerá como cedro en el Líbano.
Mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa entre mis pechos.
He aquí que tú eres hermosa, oh compañera mía; he aquí que eres hermosa; tus ojos de paloma.
Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, que son apacentados entre los lirios.
Tus dos pechos, como gemelos de gama.
¡Qué hermosa eres, y cuán suave, oh amor deleitoso!
Yo dije: Subiré a la palma, asiré sus ramos. Y tus pechos serán ahora como racimos de vid, y el aliento de tu nariz como de manzanas;
Tenemos una pequeña hermana, que aún no tiene pechos. ¿Qué haremos a nuestra hermana cuando de ella se hablare?
Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella.
Como palma lo igualan, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos; porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.
Que habite el Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en caridad,
hasta que todos salgamos en unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, en varón perfecto, a la medida de la edad cumplida del Cristo;