Racimo de alcanfor en las viñas de En-gadi es para mí mi amado.
Mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa entre mis pechos.
Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los hijos; bajo su sombra deseé sentarme , y su fruto fue dulce en mi paladar.
y Nibsán, y la Ciudad de la Sal, y Engadi; seis ciudades con sus aldeas.
Entonces David subió de allí, y habitó en los parajes fuertes en En-gadi.