El labrador, para recibir los frutos, es necesario que trabaje primero.
El que guarda la higuera, comerá su fruto; y el que guarda a su señor, será honrado.
Porque el Reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña.
Y partido él, el que había recibido cinco talentos granjeó con ellos, e hizo otros cinco talentos.
Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
Y esto hago por causa del Evangelio, por hacerme juntamente participante de él.
Entiende lo que digo; que el Señor te dará entendimiento en todo.
porque la paciencia os es necesaria, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Porque la tierra que embebe el agua que muchas veces vino sobre ella, y que engendra hierba a su tiempo a aquellos de los cuales es labrada, recibe bendición de Dios.