Y envió David mensajeros, y la tomó; y así que hubo entrado a él, él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa.
Y la vio Siquem, hijo de Hamor, el heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó con ella, y la deshonró.
Y aconteció después de esto, que la mujer de su señor alzó sus ojos sobre José, y dijo: Duerme conmigo.
Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel, y delante del sol.
Si veías al ladrón, tú corrías con él; y con los adúlteros era tu parte.
Tal es el rastro de la mujer adúltera, come, y limpia su boca, y dice: No he hecho maldad.
Y la mujer con quien el varón tuviere ayuntamiento de simiente, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la tarde.
Y no llegarás a la mujer en 8el apartamiento de su inmundicia, para descubrir su desnudez.
No adulterarás.