Pues, por la misma recompensa (como a hijos hablo), ensanchaos también vosotros.
Por el camino de tus mandamientos correré, cuando ensanchares mi corazón.
Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto; abre tu boca, y yo la llenaré.
Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo soy como vosotros; ningún agravio me habéis hecho.
Hijitos míos, que vuelvo otra vez a estar de parto de vosotros, hasta que Cristo sea formado en vosotros;
así como sabéis de qué modo exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, como el padre a sus hijos,
Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, Abogado tenemos delante del Padre, a Jesús, el Cristo Justo;
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.
Hijitos, no os engañe ninguno; el que hace justicia, es justo, como él también es justo.
No tengo yo mayor gozo que éste, el oír que mis hijos andan en la verdad.