Y mudó su habla delante de ellos, y fingió ser loco entre las manos de ellos, y escribía en las portadas de las puertas, dejando correr su saliva por su barba.
El temor a los hombres es peligroso; mas el que confía en el SEÑOR será levantado.
Ciertamente la opresión hace enloquecer al sabio; y la dádiva corrompe el corazón.
Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, del hijo del hombre, que por heno será contado?
Y al hombre o mujer que le saliere llaga en la cabeza, o en la barba,
Y oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se conturbaron, y tuvieron gran miedo.
Y dijo Aquis a sus siervos: He aquí, estáis viendo un hombre demente; ¿por qué lo habéis traído a mí?