Y cuando los mensajeros entraron, he aquí la estatua estaba en la cama, y una almohada de pelos de cabra por cabecera.
Tomó luego Mical una estatua, y la puso sobre la cama, y le acomodó por cabecera una almohada de pelos de cabra, y la cubrió con una ropa.
Y volvió Saúl a enviar mensajeros para que viesen a David, diciendo: Traédmelo en la cama para que lo mate.
Entonces Saúl dijo a Mical: ¿Por qué me has así engañado, y has dejado escapar a mi enemigo? Y Mical respondió a Saúl: Porque él me dijo: Déjame ir; si no, yo te mataré.