echando toda vuestra solicitud en él; porque él tiene cuidado de vosotros.
Sámec Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos.
Guímel Vuelve hacia el SEÑOR tu camino; y espera en él; y él hará.
Cuando yo estoy pobre y menesteroso, el SEÑOR pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
Echa sobre el SEÑOR tu carga, y él te sustentará; nunca permitará que resbale el justo.
Encomienda al SEÑOR tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.
Mas ¿quién de vosotros podrá, acongojándose, añadir a su estatura un codo?
Y por el vestido ¿por qué os acongojáis? Aprended de los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;
No os acongojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos?
El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dijeron: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?
Y dijo a sus discípulos: Por tanto os digo: No estéis afanosos de vuestra vida, qué comeréis; ni del cuerpo, qué vestiréis.
Pues si no podéis aun lo que es menos, ¿para qué estaréis afanosos de lo demás?
Así que, el asalariado, huye, porque es asalariado, y las ovejas no le pertenecen.
Por nada estéis afanosos; sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en todo con oración y ruego y acción de gracias.
Y David fue muy angustiado, porque el pueblo hablaba de apedrearlo; porque todo el pueblo estaba con ánimo amargo, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se esforzó en el SEÑOR su Dios.