Mas ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor.
Por lo cual, la mujer debe tener potestad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.
Porque como la mujer salió del varón, así también el varón nace por la mujer; todo, sin embargo, sale de Dios.
No hay aquí judío, ni griego; no hay siervo, ni libre; no hay macho, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.