Y también bauticé la casa de Estéfanas; mas no sé si he bautizado algún otro.
el cual te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa.
Y cuando fue bautizada, con su casa, nos rogó, diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad; y nos constriñó.
Y tomándolos él en aquella misma hora de la noche, les lavó las hendas; y se bautizó luego él, y todos los suyos.
para que ninguno diga que habéis sido bautizados en mi nombre.
Y os ruego, hermanos, (ya sabéis que la casa de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que se han dedicado al ministerio de los santos,)
Me regocijo de la venida de Estéfanas y de Fortunato y de Acaico, porque éstos suplieron vuestra ausencia.