Cuando oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los jud os, para rogarle que viniera a salvar a su criado.
Cuando entró en Cafarnaún se le acercó un centurión y le suplicó: '
Te suplico, pues, por este hijo m o, a quien engendré entre las cadenas, Onésimo,
Cuando este funcionario se enteró de que Jesús hab a vuelto de Judea a Galilea fue a verlo para rogarle que bajara para curar a su hijo, que estaba ya para morir.
De pronto, un hombre que estaba entre la multitud se puso a gritar: '¡Maestro, f jate en mi hijo, por favor! Es mi único hijo.
Llegó entonces un hombre, llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga, y, echándose a los pies de Jesús, le suplicaba que fuera a su casa,
Un centurión ten a enfermo y a punto de morir un criado por el que sent a una gran estima.
Al llegar éstos ante Jesús, le suplicaban con mucho interés, diciéndole: 'Merece de verdad que le hagas este favor: