porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, con los seres espirituales de la maldad que están en las alturas.
en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al sonido de la última trompeta; porque ésta sonará, y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados.
en que vivisteis en el pasado siguiendo la corriente de este mundo, siguiendo al pr ncipe de la potestad del aire, al esp ritu que actúa ahora entre los hijos de la rebeld a,