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Referencias Cruzadas

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Juan 7:12

Biblia Castilian 2003

Hab a entre la gente muchos comentarios acerca de él. Unos dec an: 'Pues es un hombre de bien'. [Pero] otros replicaban: 'No; sino que está enga ando al pueblo'.

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20 Referencias Cruzadas  

Algunos fariseos dec an: 'Este hombre no viene de parte de Dios, pues no guarda el sábado'. Pero otros replicaban: '¿Cómo puede un pecador realizar se ales como éstas?'. Y hab a división entre ellos.

Los fariseos les replicaron: '¿Es que también vosotros os habéis dejado enga ar?

Al enterarse los fariseos de que el pueblo rumoreaba esto acerca de él, los pont fices y los fariseos enviaron guardias para prenderlo.

Hacedlo todo sin murmuraciones y sin discusiones,

La verdad es que apenas habrá quien muera por un justo, aunque quizá haya alguien capaz de dar la vida por un hombre de bien -.

pues era un hombre de bien, lleno de Esp ritu Santo y de fe. Y se agregó al Se or una gran muchedumbre.

Entonces ellos le respondieron: 'Pero ¿tú también eres de Galilea? ¡Estúdialo bien, y verás que de Galilea no sale ningún profeta!'. [

Cuando vieron los hombres la se al que Jesús hab a realizado, dec an: 'Éste es, sin duda, el profeta que iba a venir al mundo'.

Un hombre llamado José, que era miembro del consejo, hombre bueno y recto, natural de Arimatea, ciudad de Judea,

Cuando el centurión vio lo sucedido, glorificaba a Dios, diciendo: 'Verdaderamente, este hombre era un justo'.

Jesús le contestó: '¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno, Dios.

Todos quedaron sobrecogidos de temor y glorificaban a Dios, diciendo: 'Un gran profeta ha surgido entre nosotros; Dios ha visitado a su pueblo'.

El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el malo, de su mal tesoro saca lo malo. Pues de lo que rebosa del corazón habla su boca.

y le dijeron: 'Se or, nos hemos acordado de que aquel impostor, cuando todav a viv a, dijo: 'A los tres d as resucitaré'.

Y aunque intentaban arrestarlo, tuvieron miedo de la gente, porque lo ten an por profeta.

Ya es bastante que el disc pulo llegue a ser como su maestro, y el esclavo como su se or. Si al se or de la casa lo han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a los que viven con él!




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