Éste fue de noche a ver a Jesús y le dijo: ' Rabb, nosotros lo sabemos: tú has venido de parte de Dios en calidad de maestro. Porque nadie puede hacer esas se ales que tú haces, si Dios no está con él'.
'Yo tengo un testimonio que es superior al de Juan: las obras que el Padre me ha encomendado llevar a término, estas mismas obras que yo estoy haciendo, dan testimonio en favor m o de que el Padre me ha enviado.
cómo Dios ungió con Esp ritu Santo y poder a Jesús de Nazaret, que pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
O d, israelitas, estas palabras: a Jesús de Nazaret, hombre acreditado por Dios ante vosotros con milagros, prodigios y se ales que por él realizó Dios entre vosotros, como bien sabéis;
Algunos fariseos dec an: 'Este hombre no viene de parte de Dios, pues no guarda el sábado'. Pero otros replicaban: '¿Cómo puede un pecador realizar se ales como éstas?'. Y hab a división entre ellos.
Jesús entonces se volvió y, al ver que le segu an, les pregunta: '¿Qué deseáis?'. Ellos le contestaron: ' Rabb - que quiere decir 'Maestro' -, ¿dónde vives?'.
Y le env an unos disc pulos suyos, con los herodianos, para decirle: 'Maestro, sabemos que eres sincero, que ense as realmente el camino de Dios y que nada te importa de nadie, porque no te fijas en las apariencias de las personas.
Si yo no hubiera hecho entre ellos obras que ningún otro ha realizado no ser an culpables; ahora, aunque las han visto, nos han odiado tanto a m como a mi Padre.
Fueron, pues, a ver a Juan, y le dijeron: ' Rabb, aquel que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ahora se pone a bautizar, y todos acuden a él'.
Llegan, pues, y le dicen: 'Maestro, sabemos que eres sincero y que nada te importa de nadie; porque no te fijas en las apariencias de las personas, sino que ense as realmente el camino de Dios. ¿Es l cito pagar tributo al César: s o no? ¿Debemos pagarlo o no debemos pagarlo?'.
Tomó, pues, Gedeón diez hombres de entre sus siervos y ejecutó lo que Yahveh le hab a indicado; pero, por temor a su familia y a la gente de la ciudad, en vez de hacerlo de d a, lo hizo de noche.
Escuchadme vosotros, que conocéis la justicia, pueblo en cuyo corazón está mi doctrina. No temáis el oprobio de los hombres y ante sus afrentas no os asustéis.
y la mayor parte de los hermanos, cobrando confianza en el Se or a causa de mis cadenas, han redoblado su audacia para predicar sin miedo la palabra [de Dios].
Entonces el rey Sedec as hizo en secreto a Jerem as este juramento: '¡Por vida de Yahveh y por la vida que nos dio, que no te haré matar ni te entregaré en mano de esos hombres que atentan contra tu vida!'.
¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en m ? Las palabras que yo os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que mora en m es quien realiza sus obras.