Esto dijeron sus padres, porque ten an miedo de los jud os; pues éstos hab an acordado ya que quien lo reconociera como Cristo fuera expulsado de la sinagoga.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo; que al alma no pueden matarla. Temed más bien a quien tiene poder para hacer que perezcan cuerpo y alma en la gehenna.
Cuando abrió el quinto sello, vi al pie del altar las almas de los que hab an sido degollados por causa de la palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.
Sin embargo, también de entre los jefes muchos creyeron en él; pero, por miedo a los fariseos, no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien y cuando os excluyan, os insulten y proscriban vuestro nombre como maldito por causa del Hijo del hombre.
Escuchad la palabra de Yahveh, los que tembláis a su palabra: dicen vuestros hermanos que os odian, que os rechazan por causa de mi nombre: ¡Muestre su gloria Yahveh y veamos vuestra alegr a! Pero ellos quedarán avergonzados.
Pero llega la hora, ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores darán culto al Padre en esp ritu y en verdad; porque ésos son, precisamente, los adoradores que el Padre desea.
'Os he dicho todas estas cosas por medio de figuras. Llega la hora en que ya no os hablaré por medio de figuras, sino que os explicaré lo relativo al Padre con toda claridad.
Mirad: llega la hora - o mejor: ya ha llegado - en que seréis dispersados cada uno por su lado y me dejaréis solo; aunque no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Dijeron, pues, los hombres de la ciudad a Joás: 'Sácanos a tu hijo para que muera, pues ha derribado el altar de Baal y talado la aserá que estaba junto a él'.