Permaneced en m como yo en vosotros. Del mismo modo que el sarmiento no puede dar fruto por s mismo si no está unido a la vid, as tampoco vosotros si no estáis unidos en m.
Y ya no vivo yo; es Cristo quien vive en m. Y respecto del vivir ahora en carne, vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a s mismo por m.
Examinaos vosotros mismos a ver si os mantenéis en la fe; poneos a prueba. ¿O acaso no os dais cuenta de que Jesucristo está entre vosotros? ¡A no ser que estéis desaprobados!
al que Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria.
confortando a los disc pulos y exhortándolos a permanecer en la fe, diciéndoles que por muchas tribulaciones tenemos que pasar para entrar en el reino de Dios.
Yo en ellos y tú en m, para que lleguen a ser consumados en uno, y as el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado como tú me has amado a m.'
si es que permanecéis bien cimentados y firmes en la fe, y sin dejaros apartar de la esperanza del evangelio que habéis o do y ha sido proclamado a toda criatura bajo el cielo, y al cual yo, Pablo, he sido destinado como servidor.
Por esto también yo, no pudiendo resistir ya más, lo he enviado a que se informara sobre vuestra fe, no fuera que el tentador os hubiera tentado y todo nuestro esfuerzo se hubiera perdido en el vac o.
¿Quién será la que sube del desierto, reclinada en su amado? Te desperté bajo el manzano, donde te concibió tu madre, donde la que te alumbró te hab a concebido.