Y al ver junto al camino una higuera, se acercó a ella; pero no encontró más que hojas. Entonces le dice: '¡Nunca jamás brote de ti fruto alguno!'. Y al punto se secó la higuera.
Tened buen cuidado de que nadie se vea privado de la gracia de Dios; de que ninguna ra z venenosa, creciendo rápida, perturbe y contamine a la comunidad;
No me habéis elegido vosotros, sino que yo os eleg, y os he puesto para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto sea permanente; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Los de sobre la piedra son los que, al o r, reciben con alegr a la palabra, pero no tienen ra z; creen por algún tiempo, pero en el momento de la tentación retroceden.
Se sentará como fundidor, como refinador de plata; purificará a los hijos de Lev, los acrisolará como al oro y la plata, y ellos ofrecerán a Yahveh oblaciones adecuadas.
De nosotros salieron, pero no eran de nosotros. Si hubieran sido de nosotros se habr an quedado con nosotros. Sin embargo, con esto se ha puesto en claro que no todos son de los nuestros.
el cual se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad y para purificarnos, haciendo de nosotros un pueblo que fuera su patrimonio, dedicado a buenas obras.
Mientras yo estaba con ellos, los guardaba en tu nombre, en ese nombre que me has dado, y velé por ellos; ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición. Y as se cumplió la Escritura.
Otra parábola les dijo: 'El reino de los cielos se parece a un poco de levadura que una mujer tomó y mezcló con tres medidas de harina hasta que fermentó toda la masa'.
Conozcamos, tratemos de conocer a Yahveh: su venida es cierta como la aurora; vendrá a nosotros como lluvia de oto o, como lluvia de primavera que riega la tierra.
As, con esto será expiada la culpa de Jacob, y éste será todo el fruto: quitarle su pecado; que deje todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, que no queden en pie ni aserás ni estelas.
Caerán también algunos de los sabios y habrá entre ellos quienes serán acrisolados, purificados y blanqueados hasta el momento del fin, porque habrá aún un plazo hasta el tiempo prefijado.'
Finalmente, otros hay que reciben la semilla en tierra buena; son los que oyen la palabra y la aceptan en su corazón y dan fruto al treinta por uno, al sesenta, o al ciento'.
Si algunas ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, fuiste injertado en las restantes, para compartir con ellas la ra z y la savia del olivo,
Considera, pues, la bondad y la severidad de Dios: para con los que cayeron, severidad; para contigo, en cambio, bondad divina, si es que te mantienes dentro de esta bondad. De otro modo, también tú serás cortado.