Esos tales no sirven a Cristo, Se or nuestro, sino a sus propios bajos apetitos y, con su modo de hablar lisonjero y adulador, seducen el corazón de los sencillos.
Empujados por la avaricia, se aprovecharán de vosotros con discursos mentirosos. Hace ya tiempo que ni su condenación está ociosa ni su perdición dormida.
Hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente sectas perniciosas y negarán al Se or que los rescató, atrayendo sobre s mismos rápida perdición.
Aqu estoy contra los que profetizan sue os mentirosos - oráculo de Yahveh -, y los cuentan, enga ando as a mi pueblo con sus mentiras y sus fanfarronadas, siendo as que no los he enviado ni les he dado orden alguna, y por eso no son de utilidad para este pueblo - oráculo de Yahveh -.
Por eso, as dice Yahveh con respecto a los profetas que profetizan en mi nombre sin haberlos mandado yo y que dicen: ni espada ni hambre habrá en este pa s: esos tales profetas serán consumidos por la espada y por el hambre;