Cuando Jesús se marchaba de all, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en su despacho de cobrador de impuestos, y le dijo: 'S gueme'. Él se levantó y lo siguió.
Me dejo encontrar por quienes por m no preguntan, me dejo hallar por los que no me solicitan. Digo: '¡Aqu estoy! ¡Aqu estoy!' a una nación que no invoca mi nombre.
No digo que ya tenga conseguido mi objetivo o que ya haya llegado al término, sino que sigo corriendo por si logro alcanzarlo, como Cristo Jesús me alcanzó a m.