Estando ya Juan a punto de terminar su carrera, declaró: 'Yo no soy lo que pensáis que soy; sino que detrás de m viene aquel de quien yo no soy digno de desatar la sandalia de los pies'.
En caso de llaga de lepra, mirarás de seguir en todo y de cumplir puntualmente lo que os prescriban los sacerdotes levitas y pondréis por obra cuanto yo les he mandado.
Por esto, precisamente, los jud os pon an aún más empe o en matarlo: porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que, además, dec a que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
Dijéronle los jud os: 'Ahora s que estamos seguros de que estás endemoniado. Murió Abrahán y los profetas. Y tú dices: 'El que guarda mi palabra, no experimentará la muerte jamás'.