Os escribo, hijos, porque habéis conocido al Padre. Os escribo, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os escribo, jóvenes, porque sois fuertes, la palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al maligno.
La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza: ense aos y amonestaos mutuamente con toda sabidur a; cantad en vuestros corazones a Dios, con gratitud, salmos, himnos y cánticos espirituales.