As, pues, a los presb teros que están entre vosotros los exhorto yo, presb tero como ellos, con ellos testigo de los padecimientos de Cristo y con ellos participante de la gloria que se ha de revelar:
santificados por el Esp ritu, según el previo designio de Dios Padre, para recibir el mensaje de Jesucristo y la aspersión de su sangre: que abunden en vosotros la gracia y la paz.
Porque si después de haber aceptado el conocimiento de la verdad volvemos a pecar deliberadamente, ya no queda más sacrificio expiatorio por los pecados,
Pero cuando vi que no proced an rectamente conforme a la verdad del Evangelio le dije a Cefas delante de todos: 'Si tú, siendo como eres jud o, vives a lo gentil y no a lo jud o, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?'.
también yo, después de haber investigado con exactitud todos esos sucesos desde su origen, me he determinado a escrib rtelos ordenadamente, ilustre Teófilo,