1 Juan 3:8

Biblia Castilian 2003

El que comete pecado del diablo es, porque el diablo peca desde el principio. Para esto se manifestó el Hijo de Dios: para destruir las obras del diablo.

Referencias Cruzadas

Hebreos 2:14

Y como los hijos comparten la sangre y la carne, de igual modo él participó de ambas, para que as, por la muerte, destruyera al que ten a el dominio de la muerte, o sea, al diablo,

Juan 8:44

Vosotros procedéis del diablo, que es vuestro padre, y son los deseos de vuestro padre los que queréis poner en práctica. Él fue homicida desde el principio; y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando profiere la mentira, está diciendo lo que le es propio, porque es mentiroso y padre de la mentira.

Colosenses 2:15

Tras haber despojado a los principados y potestades, los exhibió en público espectáculo, incorporándolos a su cortejo triunfal.

Romanos 16:20

Y el Dios de la paz aplastará muy pronto a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Se or Jesús sea con vosotros.

Juan 16:11

de condena, porque el jefe de este mundo ya está condenado.

Juan 12:31

'Éste es el momento de la condenación de este mundo; ahora el jefe de este mundo será arrojado fuera.

2 Pedro 2:4

Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en el abismo, en cavernas tenebrosas, los entregó para ser custodiados hasta el juicio.

Marcos 1:24

'¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Yo sé bien quién eres: ¡el Santo de Dios!'.

Efesios 2:2

en que vivisteis en el pasado siguiendo la corriente de este mundo, siguiendo al pr ncipe de la potestad del aire, al esp ritu que actúa ahora entre los hijos de la rebeld a,

Isaías 27:1

Aquel d a castigará Yahveh con su espada resistente, gigante, potente, a Leviatán, serpiente huidiza, a Leviatán, serpiente tortuosa, y matará al dragón del mar.

Lucas 10:18

Él les dijo: 'Yo estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo.

1 Juan 3:10

En esto se dan a conocer los hijos de Dios y los hijos del diablo: quien no hace justicia, no es de Dios, y tampoco lo es quien no ama a su hermano.

Mateo 13:38

el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, la ciza a son los hijos del Malo;

Apocalipsis 20:10

El diablo que los hab a seducido fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la bestia y el falso profeta, y serán atormentados d a y noche por los siglos de los siglos.

1 Juan 5:19

Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero está sometido al Maligno.

1 Juan 3:5

Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, pues en él no hay pecado.

Apocalipsis 20:15

Y cuantos no se hallaron inscritos en el libro de la vida fueron precipitados en el lago de fuego.

Judas 1:6

Y a los ángeles que no supieron conservar su alto rango, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con cadenas perpetuas, sepultados en tinieblas, para el juicio del gran d a.

Génesis 3:15

Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza, y tú le acecharás al talón'.

Mateo 4:3

El tentador se le acercó y le dijo: 'Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes'.

Mateo 12:28

Pero si yo expulso los demonios en virtud del Esp ritu de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.

1 Timoteo 3:16

Sin lugar a dudas, grande es el misterio de la religión: Él ha sido manifestado en carne, justificado en esp ritu, visto por ángeles, proclamado entre gentiles, cre do en el mundo, ascendido en gloria.

Hebreos 9:26

pues, en tal caso, habr a tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. Pero, en realidad, ha sido ahora, al final de los tiempos, cuando se ha manifestado de una vez para siempre, a fin de abolir el pecado con su propio sacrificio.

1 Juan 1:2

pues la vida se ha manifestado, nosotros la hemos visto y testificamos y os anunciamos la vida eterna que estaba en el Padre y se nos manifestó -:

Números 21:9

Hizo, pues, Moisés una serpiente de bronce y la colocó sobre un asta; y si una serpiente mord a a uno, éste miraba a la serpiente de bronce y se curaba.