Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien y cuando os excluyan, os insulten y proscriban vuestro nombre como maldito por causa del Hijo del hombre.
Al ver esto Pedro, se dirigió a la muchedumbre con estas palabras: 'Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto, o por qué nos estáis mirando como si por nuestras propias fuerzas o por nuestra piedad hubiéramos hecho andar a este hombre?
Me dijo el ángel: '¿Por qué te asombraste? Yo te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, la que tiene las siete cabezas y los diez cuernos.