Porque también Cristo murió de una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevaros a Dios. Entregado a la muerte según la carne, fue vivificado según el esp ritu,
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo como sacrificio de purificación por nuestros pecados.
Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo y los subió al madero, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Por sus cardenales habéis sido curados.
de suerte que le dec an a la mujer: 'Ya no creemos sólo por lo que tú nos has referido; pues nosotros mismos le hemos o do y sabemos que él es, verdaderamente, el Salvador del mundo'.
Fue arrojado el gran dragón, la antigua serpiente, el que se llama Diablo y Satanás, el que seduce al universo entero. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Pero el macho cabr o que tocó en suerte a Azazel, lo presentará vivo ante Yahveh, para hacer sobre él la expiación y enviárselo luego a Azazel al desierto.
De aqu que tuviera que ser asemejado en todo a sus hermanos, para llegar a ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en las relaciones con Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo.