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Referencias Cruzadas

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1 Juan 2:16

Biblia Castilian 2003

porque todo lo que hay en el mundo - los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la jactancia de la opulencia - no proviene del Padre, sino que procede del mundo.

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34 Referencias Cruzadas  

Al contrario, revest os del Se or Jesucristo y no pongáis vuestro afán en la satisfacción de los deseos de la carne.

Pues la carne desea contra el Esp ritu, y el Esp ritu contra la carne. Ambos se combaten entre s, de suerte que no hacéis las cosas que quisierais.

Vio la mujer que el árbol ten a frutos sabrosos y que era seductor a la vista y codiciable para conseguir sabidur a; tomó de sus frutos y comió, y dio también a su marido, que estaba con ella. Y también él comió.

El seol y el averno son insaciables; tampoco se sacian los ojos del hombre.

entre los cuales también nosotros todos viv amos entonces según las tendencias de nuestra carne, realizando los deseos de la carne y de la mente, y éramos, por naturaleza, hijos de ira, exactamente como los otros...

No es ésa la sabidur a bajada de arriba, sino terrena, puramente humana, demon aca.

Queridos hermanos, os exhorto a que, como extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos puramente humanos que combaten contra el alma.

sobre todo a los que caminan tras la carne en deseos de impureza y desprecian el se or o divino. Osados, arrogantes, no temen insultar a los seres gloriosos,

vi entre el bot n un hermoso manto de Senaar, doscientos siclos de plata y un lingote de oro de cincuenta siclos de peso, me dominó la codicia y los tomé. Están escondidos en la tierra, en el centro de mi tienda; la plata está debajo'.

y por ella aprendemos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos y a vivir en este mundo con moderación, con justicia, con religiosidad,

provocaron a Dios en su interior, reclamando el manjar de su apetencia.

Profiriendo discursos ampulosos y vac os, seducen con pasiones de la carne y desenfrenos a los que apenas han acabado de distanciarse de los que viven en el error.

Como hijos obedientes, no os amoldéis a las pasiones que ten ais cuando estabais en vuestra ignorancia;

Porque hubo un tiempo en que también nosotros éramos insensatos, desobedec amos, nos extraviábamos, serv amos a deseos y placeres diversos, pasábamos nuestra vida entre malicia y envidia, odiados y odiándonos mutuamente.

Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer con mal deseo, ya cometió adulterio en su corazón [con ella].

y por eso el orgullo es su collar, la violencia, el vestido que los cubre.

Yo hab a hecho pacto con mis ojos de no ponerlos en doncella alguna.

Y llevándolo a una altura, le mostró en un momento todos los reinos del mundo.

Los que son de Cristo [Jesús] han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Una chusma que se hab an mezclado con el pueblo sintió tan insaciable apetito que incluso los israelitas rompieron a lamentarse de nuevo y dec an: '¡Quién nos diera a comer carne!

De nuevo lo llevó el diablo a un monte elevad simo, le mostró todos los reinos de la tierra y su esplendor,

Con la avidez apenas colmada, aún con la comida entre sus dientes,

Por eso se dio a aquel lugar el nombre de Quibrot Hatavá, porque all enterraron a la chusma que se hab a entregado a la glotoner a.

No desees su hermosura en tu corazón, no te seduzca con sus miradas,

Estos acontecimientos ten an sentido figurativo para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo codiciaron ellos.

vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas y tomaron para s por mujeres de entre todas ellas las que bien quisieron.

En aquel mismo instante se cumplió en Nabucodonosor la sentencia. Fue expulsado de entre los hombres, comió hierba como los bueyes y su cuerpo se empapó del roc o del cielo; le crecieron los cabellos como las plumas de las águilas y las u as como las de los pájaros.

Pero ahora os jactáis de vuestras fanfarroner as. Toda esta jactancia es mala.




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