Biblia Todo Logo
Baibulo la pa intaneti

- Zotsatsa -





Levítico 22:8 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

8 »Ningún sacerdote debe volverse impuro por comer carne de animales que se hayan encontrado muertos o destrozados por las fieras. Yo soy el Dios de Israel.

Onani mutuwo Koperani


Mabaibulo enanso

Biblia Reina Valera 1960

8 Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová.

Onani mutuwo Koperani

Biblia Nueva Traducción Viviente

8 No se le permite comer un animal que haya muerto de muerte natural o haya sido despedazado por los animales salvajes, porque esto lo contaminará. Yo soy el Señor.

Onani mutuwo Koperani

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 No comerán animal muerto o destrozado, pues con él se harían impuros: ¡Yo soy Yavé!

Onani mutuwo Koperani

La Biblia Textual 3a Edicion

8 No comerá nada mortecino ni despedazado por fiera, porque será contaminado con ellos. Yo, YHVH.

Onani mutuwo Koperani

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 No comerá carne de animal muerto o despedazado, pues se contaminaría con ella. Yo, Yahveh.

Onani mutuwo Koperani




Levítico 22:8
8 Mawu Ofanana  

»Cuando algún israelita o un extranjero encuentre un animal ya muerto y coma de él, quedará impuro hasta el anochecer, y deberá lavar su ropa y bañarse.


31 (30) »Ustedes deben obedecerme siempre. »No coman la carne de animales que hayan sido despedazados por las fieras salvajes. Esa carne se la echarán a los perros.


”Ningún sacerdote debe comer la carne de algún animal que sea encontrado muerto, o que haya sido despedazado por las fieras.


»Si un animal se muere, no coman de su carne, pues ustedes son un pueblo que pertenece a Dios y él así lo ha ordenado. Sin embargo, pueden darle la carne a cualquier extranjero que viva entre ustedes, o venderla a un extranjero que esté de visita en el pueblo. »Tampoco les está permitido cocinar un cabrito hirviéndolo en la leche de su madre.


La grasa de los animales muertos o despedazados por las fieras podrán usarla para lo que quieran, menos para comerla.


Yo protesté, y le dije: —Dios mío, yo nunca he comido nada contaminado, pues tú me rechazarías. Nunca he comido la carne de los animales impuros que nos has prohibido comer. ¡Ni siquiera cuando era niño lo hice!


30 (29) y las primeras crías de sus ganados. Podrán dejarlos con su madre los primeros siete días, pero al octavo día me los entregarán.


Titsatireni:

Zotsatsa


Zotsatsa