Job 22:22 - La Biblia Textual 3a Edicion

²² Acepta la instrucción de su boca, Y guarda sus dichos en tu corazón.

Mabaibulo enanso

Biblia Reina Valera 1960

²² Toma ahora la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²² Escucha las instrucciones de Dios y guárdalas en tu corazón.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²² Escucha de su boca sus preceptos y guarda sus palabras en tu corazón.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²² Recibe de su boca la doctrina, pon sus palabras en tu corazón.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²² Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón.

Job 22:22 Mawu Ofanana

Salmos 119:11

En mi corazón he guardado tus dichos,° Para no pecar contra ti.

Job 23:12

No me aparté del mandato de su boca, Y atesoré sus dichos más que mi porción señalada.°

Jeremías 15:16

Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; Y tu Palabra° fue para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque tu Nombre es invocado sobre mí, ¡Oh YHVH, ’Elohim Sebaot!

Proverbios 4:21

No se aparten de tus ojos, Guárdalas en medio de tu corazón.

Proverbios 4:4

Y él me enseñaba y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, Guarda mis mandamientos, y vivirás.

Lucas 2:19

Y Miriam guardaba todas estas palabras, meditándolas en su corazón.

Mateo 13:52

Él les dijo: Por esto, todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que de su tesoro va sacando° cosas nuevas y cosas viejas.

Mateo 12:35

El hombre bueno, del tesoro bueno° saca cosas buenas; y el hombre malo, del tesoro malo saca cosas malas.

Lucas 2:51

Y descendió con ellos y fue a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas las cosas° en su corazón.

Job 6:10

Eso sería mi consuelo, Y aun en medio de un dolor que no da tregua, saltaría de gozo, Porque no he negado° la palabra del Santísimo.

Ezequiel 3:10

Me dijo además: Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas las palabras que te digo, y escúchalas con tus oídos.

2 Crónicas 33:13

Y oró a Él y le suplicó, y Él se mostró favorable y oyó su súplica, y lo hizo volver a Jerusalem, a su reino. Y Manasés reconoció que sólo YHVH es Ha-’Elohim.