Jesús es la luz.
El resplandor de Jesús nos revela a Dios. Conocer a Jesús es conocer a Dios y ver cómo es Dios. Los que siguen a Jesús no andarán en tinieblas (Juan 8:12). Leyendo las Sagradas Escrituras en el evangelio de según Juan, en el capítulo 8:12, Jesús hace la siguiente afirmación: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». La verdad es que si uno hubiera estado presente cuando Él hizo esa afirmación, parecería, tal como lo interpretaron los fariseos, que estuviera exagerando, por decir lo menos. Sin embargo, Jesús ante esta objeción les responde con contundencia en el versículo 14: «Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy». Casi dos mil años después, sabemos que Jesús decía la verdad, porque la transformación que han sufrido millones de personas en su vida, a través de esos miles de años, así lo testifican. Creo que lo que Jesucristo nos quiere enseñar en este pasaje, que así como Él afirmó ante los fariseos que no sólo era su testimonio, sino que el Padre que lo envió también daba testimonio de Él, nosotros debemos dar testimonio como cristianos que somos la luz del mundo, no sólo por nuestro testimonio, sino por el testimonio de Jesús, que nos envió a hacerlo.
Juan 8:12.
Luz (Juan 1:4-5 ), resplandor de la gloria de Dios (Hebreos 1:3).