Jesús la imagen perfecta de Dios.
Como Cristo y el padre participan de la misma naturaleza, Jesús es el reflejo perfecto de Dios. Cuando Miramos a Jesús, vemos a Dios en forma de hombres.
2 Corintios 4:4; Colosenses 1:15.
Imagen misma de su sustancia (Hebreos 1:3).