Jesús es nuestra confianza.
Jesús es la única esperanza del mundo. Cuando venció la muerte, nos dio esperanza para el presente y el porvenir. La verdadera esperanza que posee todo hijo de Dios no es un optimismo ciego, sino una certeza fundada sobre la evidencia sólida de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Cristo nuestra esperanza nos garantiza un futuro magnífico, “porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:3-4). Esta es “la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13). La esperanza forma parte del don de la vida eterna que es recibida cuando uno nace de nuevo.
1 Timoteo 1:1.
Esperanza de gloria (Colosenses 1:27), Esperanza de Israel (Jeremías 17:13).