El Ungido, el designado por Dios para llevar a cabo Su propósito eterno.
Nuestro Señor Jesucristo es el Único comisionado por Dios para cumplir Su voluntad mediante Su crucifixión, resurrección, ascensión y segunda venida. Él es Aquel de quien los profetas profetizaron y a quien el pueblo de Dios esperaba. El precio que nuestro Redentor pagó fue tan grande que nadie puede superar el precio que pagó ¡No estamos a la venta! Nadie puede comprarnos del Señor Dios. Nosotros fuimos comprados a un costo infinito por la sangre del Hijo de Dios. Nada es más precioso que el valor infinito de la sangre. Nosotros hemos sido rescatados, "puestos en libertad, libres, rescatados" por el pago de un precio. Porque Jesucristo nos compró del pecado con el infinito precio de Su preciosa sangre, Él también nos ha liberado de manera que nunca volvamos a la esclavitud de nuevo. El énfasis está en la libertad. Nosotros somos libres para amar y servir a Aquel que nos redimió, y es por eso que ahora nosotros le adoramos.
Mateo 1:16.
El Mesías, El Ungido.