Dios del perdón.
Los hombres pueden ser lentos para perdonar, pero está en la naturaleza del Todopoderoso el perdonar. El deseo de Dios es concedernos su perdón.
Nehemías 9:17.
Mirad esta dulce promesa: ¡Dios está dispuesto a perdonarnos! En lugar de mantenernos alejados de Dios por el sentido de la propia indignidad, vamos directamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Él es un Dios dispuesto a perdonar. Los hombres pueden ser lentos para perdonar, pero está en la naturaleza del Todopoderoso el perdonar. El deseo de Dios es concedernos su perdón. Perdonar no es lo mismo que justificar, excusar u olvidar. Perdonar no es lo mismo que reconciliarse. La reconciliación exige que dos personas que se respetan mutuamente, se reúnan de nuevo. El perdón es la respuesta moral de una persona a la injusticia que otra ha cometido contra ella. Uno puede perdonar y sin embargo no reconciliarse. El perdón permite liberarse de todo lo soportado para seguir adelante. Cuando perdonamos, reconocemos el valor intrínseco de la otra persona. Pedir perdón por una mala acción es la forma más poderosa de demostrar nuestra humildad y honestidad.