El Dios de la Verdad.
El Todopoderoso es la fuente última de la realidad. Todo lo que se relaciona con Él es verdad y es real.
Salmo 31:6.
¿Qué es la verdad? Se define como aquella que se ajusta con los hechos o la realidad. Se trata de la autenticidad, veracidad o realidad. En una palabra, la verdad es la realidad. Se trata de cómo las cosas son en realidad. Teológicamente, la verdad es aquello que es consistente con la mente, voluntad, carácter, gloria, y el ser de Dios. La verdad es la auto-revelación de Dios mismo. Es lo que es porque Dios lo declara así, y lo hizo así. Toda verdad debe ser definida en términos de Dios, cuya naturaleza es la verdad. ¿Qué valor tiene la verdad? Su valor es más “Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado” (Salmo 19:10). Juan Calvino dice, “Nada se considera más precioso de Dios que la verdad.” Nadie puede ser salvo sin la verdad. Ni nadie puede ser santificado o fortalecido sin ella.
Jesús es nuestro abogado defensor.
Cristo es nuestro consejero admirable ante Dios. Él es nuestro mediador e intercesor que nos calma, nos consuela y nos aconseja. Como nuestro abogado ante Dios, Él nos defiende ante el tribunal de la justicia de Dios y se ofrece a sí mismo como pago de nuestras transgresiones. Cristo mismo es por lo tanto identificado como aquella “maravilla” (admirable) porque podríamos decir que Cristo es “la maravilla de Dios en persona” – “el hombre maravilla”. No solamente es Cristo la más grande “maravilla de Dios” sino que es Él mismo quien ha hecho y haría “maravillas” en el pueblo. Consejero es alguien que guía a otros por medio de la palabra ya sea de amonestación, o de exhortación. Cristo dijo de sí mismo: “mis palabras son Espíritu y son Vida”. Y también dijo “el que oye mis palabras y las guarda le compararé a un hombre sabio que fundó su casa sobre la roca” (Mateo 7). Así que porque no pensar en Cristo como ese “Maravilloso Consejero” que tal cual lo declaró el Apóstol Pedro dijo “solamente tú tienes palabras de vida eterna”.
Isaías 9:6.
Abogado (1 Juan 2:1), Consolador (Juan 14:16), consolación de Israel (Lucas 2:25), intercesor; mediador (1 Timoteo 2:5).
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios (Juan 1:1).