Eclesiastés 1:2 - La Biblia Textual 3a Edicion

² Vanidad de vanidades, dice Cohélet. Vanidad de vanidades,° todo es vanidad.

Flere versjoner

Biblia Reina Valera 1960

² Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Biblia Nueva Traducción Viviente

² «Nada tiene sentido —dice el Maestro—, ¡ningún sentido en absoluto!».

Biblia Católica (Latinoamericana)

² ¡Esto no tiene sentido!, decía Qohelet, ¡esto no tiene sentido, nada a qué aferrarse!

Biblia Serafín de Ausejo 1975

² ¡Vanidad de vanidades!, dice Qohélet. ¡Vanidad de vanidades. Todo es vanidad!

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

² Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Eclesiastés 1:2 Kryssreferanser

Salmos 144:4

El hombre es como un soplo, Sus días como una sombra que pasa.

Romanos 8:20

Porque la creación fue sometida a vanidad, no por su propia voluntad, sino por la del que la sujetó;° en esperanza

Eclesiastés 5:10

El que ama la plata nunca se saciará de la plata, y el que ama la riqueza no sacará ganancia, y también esto es vanidad.

Eclesiastés 12:8

Vanidad de vanidades, dice Cohélet. ¡Todo es vanidad!

Eclesiastés 2:26

Porque al hombre que le agrada, Él le da sabiduría, conocimiento y gozo, pero al pecador le impone la tarea de recoger y amontonar para darlo a quien Ha-’Elohim le agrada.° Esto también es vanidad y correr tras el viento.

Eclesiastés 2:19

¿Y quién sabe si será sabio o necio? Con todo, él señoreará en todo el fruto del esfuerzo que realicé y en que me mostré sabio debajo del sol, y también esto es vanidad.

Eclesiastés 2:11

Luego, consideré todas las obras que habían hecho mis manos, y el duro trabajo con que me había afanado en hacerlas, ¡y he aquí todo era vanidad y correr tras el viento! No había provecho alguno debajo del sol.

Eclesiastés 2:23

Porque todos sus días son dolores; y su tarea, frustración, pues ni aun de noche su corazón reposa; y esto también es vanidad.

Eclesiastés 2:17

Aborrecí pues la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa, por cuanto todo es vanidad y correr tras el viento.

Eclesiastés 11:8

Pero aunque el hombre viva muchos años, Y en todos ellos tenga gozo, Considere empero que muchos más serán los días de oscuridad. ¡Todo cuanto viene es vanidad!

Eclesiastés 6:11

Cuantas más palabras, más vanidad: ¿qué provecho saca el hombre?°

Eclesiastés 4:8

Hay quien está solo, sin nadie que lo acompañe, sin hijos ni hermanos, pero aun así su afán no tiene fin, su ojo no se harta de riquezas, y no se pregunta: ¿Para qué pues me afano y me privo de placeres? También esto es vanidad y tarea penosa.

Eclesiastés 4:4

He visto asimismo que todo trabajo y toda obra excelente despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento.

Eclesiastés 3:19

porque lo mismo que sucede al hombre sucede a la bestia, un mismo suceso es: como muere uno, así muere el otro. Todos tienen un mismo aliento. El hombre no tiene ventaja sobre el animal, porque todo es vanidad.

Eclesiastés 2:21

¡Que un hombre trabaje con sabiduría, conocimiento y maestría, y tenga que dejar su porción a otro que nunca se afanó en ello, esto es vanidad y grande mal!

Eclesiastés 11:10

Aparta, entonces, la frustración de tu corazón Y aleja el mal de tu carne, Porque la mocedad y la juventud son vanidad.

Eclesiastés 4:16

No tenía fin la muchedumbre que lo seguía; sin embargo, los que vengan después tampoco estarán contentos con él. Ciertamente esto también es vanidad y correr tras el viento.

Eclesiastés 2:15

Entonces me dije en mi corazón: Como la suerte del necio, así me acontecerá a mí. ¿Para qué, entonces, he sido más sabio? Y me dije en mi corazón que también esto es vanidad.

Job 11:12

El hombre vano° cobrará sentido, Cuando el asno salvaje nazca humano.

Salmos 89:47

Recuerda cuán breve es mi tiempo,° ¿Has creado en vano a todos los hijos del hombre?

Eclesiastés 2:8

Acumulé para mí plata y oro, tesoro digno de reinos y provincias; contraté cantores y cantoras, y tuve un harén de concubinas para gozar como suelen los hombres.